¿Cómo evaluamos una herramienta?

Evaluamos la usabilidad

Una vez identificada una herramienta adecuada para nuestro público y que responda a las necesidades que hemos definido, tendríamos que poder evaluar de alguna manera si genera una experiencia satisfactoria en el usuario y si responde a los niveles de usabilidad y accesibilidad requerits.

La evaluación de la usabilidad de una herramienta digital que sea una página web, un software o una aplicación de móvil es una tarea que normalmente desarrollan profesionales expertos con una serie de métodos, técnicas y principios. Estos métodos se dividen básicamente en dos categorías: los que involucran a los usuarios y los que no los involucran y se basan solo en la aplicación del conocimiento experto.

No siempre es posible acceder a un experto de evaluación y sobre todo en caso de emergencia. En esta guía os proponemos dos formas sencillas de testar la usabilidad de una herramienta. Está claro que no se trata de una solución exhaustiva y si podemos acceder a una evaluación experta, mejor; pero nos ayudará a entender más el comportamiento de los usuarios y las dificultades que puedan encontrar a la hora de usar la herramienta que hemos seleccionado.

Test de guerrilla con usuarios

Preparación

Definición de las tareas

A partir de los objetivos que hemos definido al principio y de las funcionalidades que buscamos en la herramienta, definimos una serie de tareas rápidas y fáciles de hacer como podrían ser: iniciar la aplicación, cerrar la aplicación, compartir un archivo en un grupo, mandar un mensaje privado, adjuntar un archivo, etc.

El número de tareas necesarias depende del tipo y de la complejidad de uso de la herramienta, pero siempre es aconsejable seleccionar aquellas funcionalidades que son esenciales y aquellas que se usarán con más frecuencia, porque el test no resulte muy pesado para la persona que lo realizará. Cinco tareas acostumbran a ser un número adecuado; haremos una lista de las que hemos escogido, con una descripción clara y concisa de la acción que el usuario tiene que realizar durante el test. A partir de esta lista, construiremos un guion para el usuario donde se explica claramente qué tiene que hacer, como por ejemplo:

  • inicia la herramienta
  • regístrate a la plataforma
  • manda un mensaje
  • adjunta un archivo al mensaje
  • cierra la herramienta

Instrumento para recoger las respuestas

Elaborar una lista de control de los criterios según los cuales cada tarea sea un éxito o no. Una forma simplificada de hacerlo es plantear una puntuación del 1 al 10 sobre la dificultad de realización de la tarea y preguntárselo directamente a la persona que está haciendo el test; la lista de control tendría que incluir también una parte donde se recogen los aspectos que le han gustado más o menos de las tareas realizadas.

La tabla que encontraréis a continuación es un ejemplo muy simplificado de un instrumento para recoger las respuestas de los usuarios. Es aconsejable adaptarla a las necesidades detectadas, a los objetivos establecidos y a la tipología de las personas con las que haremos el test.

Tarea Dificultad (1 = fácil; 10 = muy difícil) Comentarios
Inicia la herramienta
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
¿Qué te ha gustado de esta tarea?

¿Qué no te ha gustado?

Regístrate a la plataforma
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
¿Qué te ha gustado de esta tarea?

¿Qué no te ha gustado?

Cierra la herramienta
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
¿Qué te ha gustado de esta tarea?

¿Qué no te ha gustado?

Selección de participantes

Seleccionaremos entonces unas seis, siete personas porque hagan el test. La elección de los usuarios tendría que tener en cuenta los perfiles que usarán la herramienta escogida. Obviamente, si se trata de una herramienta que usarán los trabajadores de la entidad, se probará con algún trabajador, si se trata de una herramienta que se usará por parte de los beneficiarios, trataremos de identificar seis o siete personas que presenten las características más representativas del público con el que trabajamos.

Recursos

Necesitaremos un lugar tranquilo, donde se pueda realizar el test sin distracciones o interrupciones. Necesitaremos la herramienta y el dispositivo para realizar la prueba, un ordenador, un móvil o una tableta según la tipología de la herramienta que se tenga que testar.

Tiene que haber una persona que haga de moderador del test, el usuario y, si puede ser, otra persona que pueda actuar de observador. No es aconsejable que haya demasiada gente a la hora de proporcionar el test, porque podría resultar un poco intimidatorio y poner nerviosa a la persona que está realizando el test.

Podemos grabar en vídeo la sesión o, como alternativa, podemos tomar notas.

Realización del test de guerrilla

Convocaremos a las personas presencialmente o virtualmente, y procederemos a la realización del test. Dedicaremos un slot de tiempo para cada una.

Antes de empezar el test, nos aseguraremos que el dispositivo que usaremos esté en marcha y en perfecto funcionamiento.

Explicaremos al usuario qué será la dinámica de la prueba, qué tiene que hacer exactamente y aprovecharemos para darle el guion con la lista de tareas.

Detallaremos los objetivos por los cuales se realiza la prueba y los avisaremos que no los proporcionaremos ayuda durante el test.

Trataremos al usuario con amabilidad porque se sienta relajado y cómodo, y dejaremos claro que no lo estamos evaluando a él, sino que estamos evaluando la herramienta.

Es aconsejable no proporcionar información sobre la herramienta, la interfaz o el sistema de navegación. La idea es que el usuario identifique de forma autónoma cómo tiene que realizar la tarea propuesta.

Durante la realización del test, tendremos a mano el instrumento para recoger las respuestas y, si queremos, algún apoyo para tomar notas. Dejaremos que el usuario realice las tareas e iremos recogiendo las respuestas. Mejor hacerlo después de cada tarea porque el recuerdo de la experiencia sea más vívido.

Una vez recogidas las respuestas, agradeceremos a la persona el tiempo y la disponibilidad, y le recordaremos que está dando un servicio muy útil para otras muchas personas.

En el supuesto de que no sea posible involucrar a los beneficiarios o los voluntarios en la evaluación de la herramienta, podemos utilizar métodos de evaluación sin usuarios. Hay muchos, uno de ellos es el método denominado paseo cognitivo (Cognitive Walkthrough), donde un grupo de evaluadores lleva a cabo las tareas asumiendo el rol del usuario.

Evaluación con paseo cognitivo

Para realizar una evaluación con este método, antes de empezar es necesario:

  • Definir los perfiles de usuario y también el contexto de uso del producto.
  • Determinar las tareas que estos usuarios llevarán a cabo; pueden ser las mismas que hemos definido para el test de guerrilla
  • Seleccionar un evaluador o, idealmente, un grupo de estos. Pueden ser trabajadores de la entidad, voluntarios o familiares.

A la hora de realizar la evaluación, se siguen los pasos que realizaría el usuario y se toman notas en relación con las dificultades, los elementos que no se entienden, las posibles confusiones, etc.

Una vez realizadas todas las pruebas, se reúnen los resultados de los diferentes evaluadores o de las diferentes evaluaciones y se elabora un documento de la síntesis o de las conclusiones.

En este método un factor clave es identificar los atributos más destacables que caracterizan el usuario que queremos sustituir. Se tendrían que poder encontrar fácilmente entre dos y seis de estos atributos para empezar a trabajar.

Un paseo cognitivo implica ponerse en la piel del usuario, por eso es muy importante tener en cuenta también los sesgos de la persona que hará la evaluación, porque, a veces, ponerse en la piel de alguien no es tan fácil.

Para profundizar

http://design-toolkit-test.uoc.edu/es/guia/test-con-usuarios/

http://design-toolkit-test.uoc.edu/es/tipologia-es/cognitive-walkthrough/

Accesibilidad

Si vuestra entidad trabaja con colectivos que tienen necesidades especiales a la hora de interactuar con una interfaz o herramienta digital, en la elección también tendréis que tener en cuenta especialmente los criterios de accesibilidad de la herramienta, o sea, el conjunto de características que tiene que incorporar una herramienta digital para que el número más grande de personas posible pueda acceder y usarlo.

En función del público de la entidad, tendréis que priorizar unos criterios u otros, porque no es lo mismo si trabajáis con personas con discapacidad cognitiva, con visión reducida o con sordera. La evaluación de la accesibilidad de webs y herramientas digitales es un proceso complejo que normalmente lo llevan a cabo profesionales. Para averiguar si un producto digital es accesible, hay también recursos con diferentes características y funcionalidades:

  • repositorios de requerimientos y adecuación a estandartes como el WCAG 2.1, que recoge las recomendaciones y los criterios para que un sitio web sea accesible;
  • simuladores de condicionantes físicos, que permiten simular como un usuario, con una cierta condición física o cognitiva, interactuaría con una herramienta;
  • validadores de accesibilidades: software que permite averiguar si un producto digital es accesible.

En el blog usableyaccesible, de la experta Olga Carreras, encontraréis una lista junto con otros recursos para determinar el nivel de accesibilidad de una herramienta.

En el supuesto de que vuestra entidad necesite evaluar o hacer una adaptación de herramientas en este sentido, os recomendamos que os dirijáis a profesionales o a entidades que trabajan en este ámbito.

Fundación Prevent
BJ Adaptaciones